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Domingo 11 de mayo – Domingo del Buen Pastor y Día de la Madre

En este domingo de Pascua, oremos especialmente por las vocaciones al sacerdocio y también por nuestras mamás, al ser su día.

Pensaba en qué es lo que tenemos en común los sacerdotes con las madres, a la luz de una bella imagen del Buen Pastor. Vino a mi mente esa advocación muy  popular en algunos pueblos de España y América de la Divina Pastor, o María Pastora de las Almas.

Una devoción que nace en Sevilla, promovida por el santo Isidoro de Sevilla, quien mandó pintar a la Virgen con el Niño Jesús durmiendo sobre su regazo, sujetando un cayado a su derecha y con unas ovejas recostadas a su  izquierda.

Todas las cualidades que la Biblia atribuye a Jesús, el Buen Pastor, se las podemos atribuir a María, la Madre del Buen Pastor. Y las actitudes de pastor bueno que debe tener un sacerdote, las tiene también una Madre.

Repasemos algunas de estas características: (Jn 10)

  • Ha venido para dar a sus ovejas vida, y vida en abundancia. El Pastor es el que comunica vida.
  • Conoce a sus ovejas y sus ovejas lo conocen a El.
  • Las llama por su nombre y va delante de ellas para conducirlas.
  • Ama a cada una de sus ovejas con un amor especial.
  • Las congrega y busca mantener siempre al rebaño unido.
  • Ante las amenazas de los lobos o los asaltantes, el Buen Pastor defiende a sus ovejas y las protege.
  • El Buen Pastor está dispuesto a dar la vida por sus ovejas.

Salmo 22:

  • Las apacienta, las conforta, las sosiega.
  • Las conduce hacia las aguas cristalinas y hacia las verdes praderas para alimentarlas.

Lucas 15: (Parábola de la Oveja Perdida)

  • Cuando una oveja se pierde la busca, y no se cansa hasta encontrarla.
  • Sana sus heridas.
  • La carga sobre sus hombros y la trae de regreso al redil.

Todas estas características del corazón de Jesús, están en el corazón de María. Y todo esto que podemos atribuir a un Buen Pastor, también lo podemos decir de una buena madre.

Por eso normalmente detrás de un Buen Pastor, hay una Buena Madre. Y el regalo más hermoso que Dios puede dar a una buena madre es que alguno de sus hijos o sus nietos este llamado a ser Buen Pastor, sea como sacerdote o en cualquier otra vocación.

Por eso es absurdo y duele tanto cuando una madre o un padre, en lugar de alegrarse y darle gracias a Dios cuando un hijo experimenta una posible vocación a ser sacerdote, tratan de disuadirlo o ponerle obstáculos. ¡Qué puede haber más grande que un hijo sacerdote!

En este día hermoso, oremos por la santidad de los sacerdotes y por las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada… Para que Jesús siga llamando y enviando a su Iglesia, sacerdotes que tengan todas estas actitudes de Jesús, el Buen Pastor.

Y oremos por nuestras madres, para que mirando el corazón de María, la Madre por excelencia, la Divina Pastora, puedan tenerla como Madre y Modelo, y el Señor bendiga y recompense todos sus desvelos y cariño por sus hijos.