En este domingo de Pascua, oremos especialmente por las vocaciones al sacerdocio y también por nuestras mamás, al ser su día.
Pensaba en qué es lo que tenemos en común los sacerdotes con las madres, a la luz de una bella imagen del Buen Pastor. Vino a mi mente esa advocación muy popular en algunos pueblos de España y América de la Divina Pastor, o María Pastora de las Almas.
Una devoción que nace en Sevilla, promovida por el santo Isidoro de Sevilla, quien mandó pintar a la Virgen con el Niño Jesús durmiendo sobre su regazo, sujetando un cayado a su derecha y con unas ovejas recostadas a su izquierda.
Todas las cualidades que la Biblia atribuye a Jesús, el Buen Pastor, se las podemos atribuir a María, la Madre del Buen Pastor. Y las actitudes de pastor bueno que debe tener un sacerdote, las tiene también una Madre.
Repasemos algunas de estas características: (Jn 10)
Salmo 22:
Lucas 15: (Parábola de la Oveja Perdida)
Todas estas características del corazón de Jesús, están en el corazón de María. Y todo esto que podemos atribuir a un Buen Pastor, también lo podemos decir de una buena madre.
Por eso normalmente detrás de un Buen Pastor, hay una Buena Madre. Y el regalo más hermoso que Dios puede dar a una buena madre es que alguno de sus hijos o sus nietos este llamado a ser Buen Pastor, sea como sacerdote o en cualquier otra vocación.
Por eso es absurdo y duele tanto cuando una madre o un padre, en lugar de alegrarse y darle gracias a Dios cuando un hijo experimenta una posible vocación a ser sacerdote, tratan de disuadirlo o ponerle obstáculos. ¡Qué puede haber más grande que un hijo sacerdote!
En este día hermoso, oremos por la santidad de los sacerdotes y por las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada… Para que Jesús siga llamando y enviando a su Iglesia, sacerdotes que tengan todas estas actitudes de Jesús, el Buen Pastor.
Y oremos por nuestras madres, para que mirando el corazón de María, la Madre por excelencia, la Divina Pastora, puedan tenerla como Madre y Modelo, y el Señor bendiga y recompense todos sus desvelos y cariño por sus hijos.