Inmaculada Concepción de la Virgen María
En Colombia hay una tradición muy popular… Es el día de las velitas. Enciende una vela.
En medio de la oscuridad ha brillado una luz.
Hundidos en la oscuridad del pecado, de la escotosis, de las tinieblas.
Dios enciende una luz…
Dios crea una mujer, y en su misterioso designio quiso que esta Mujer fuese redimida de modo anticipado, preservándola desde el instante de su concepción de la herida de la culpa original, de esa mancha del pecado original que afecta a todos los seres humanos…
Esa mujer que será la morada en la que Dios mismo acampará, esa mujer en cuyo vientre bendito Dios mismo se encarnará para salvarnos del pecado.
María es esa Mujer, la Nueva Eva, elegida por Dios para volver a unir con su obediencia, el vínculo que fue roto por Eva con su desobediencia.
Génesis : Enemistad pondré entre ti…
En María Inmaculada, podemos mirar dos grandes SI, dos grandes FIAT, que constituyen la alianza entre Dios y los hombres.
El primero es el SI de Dios por el hombre.
En esto consiste el AMOR. No en que nosotros hayamos amado a Dios…
El nos amó primero. Nos primereó como le gusta decir al Papa.
El sí del hombre a Dios, se sustenta en el Sí de Dios al hombre.
María en el Magnificat se goza porque Dios la ha mirado con predilección. Porque el Altísimo se ha fijado en su pequeñez.
Así también Dios se ha fijado en cada uno de nosotros.
Cada uno de nosotros ha sido creado con amor por Dios a su Imagen y Semejanza, cada uno de nosotros es elegido por Dios para una misión.
Dios pronuncia un SÍ a tu vida, a tu existencia, Dios te ama primero y quiere que respondas a su amor.
El que no se quiere a sí mismo, el que se desprecia a sí mismo, en el fondo desprecia también a Dios que lo creo.
El segundo SÍ es el SÍ de María a Dios.
Para salvarnos del pecado, Dios quería contar con el consentimiento humano. María nos muestra como el SÍ de Dios quiere y necesita contar con el SÍ del hombre.
María cooperó con la gracia de Dios… Pronunció desde su libertad un SÍ al Plan que Dios tenía para Ella. Lo hizo con una actitud de absoluta confianza en Dios.
María no sólo fue inmaculada y pura en su concepción, sino que fue santa a lo largo de toda su vida.
María es el modelo perfecto de todas las virtudes: Su fe, su esperanza, su caridad, su pureza, su humildad.
Por eso la Iglesia en María Inmaculada contempla también hoy su comienzo y su imagen.
María es el Ícono perfecto de todo lo que la Iglesia quiere llegar a ser.
María nos invita a responder como Ella a la vocación que Dios tiene para nosotros.
Ella nos invita con su corazón inmaculado a luchar por ser limpios, por ser puros, por ser santos. Por vivir en comunión de amor…
En María descubrimos que la gracia ha vencido al pecado, que la luz ha vencido a la oscuridad.
Cuando te sientas agobiado por tus culpas, cuando sientas que te hundes en las aguas tenebrosas de tus problemas, mira el talón de la mujer que ha aplastado la cabeza de la serpiente.
En Adviento, miremos a María como madre y modelo de esperanza en medio de las dificultades, miremos en María Inmaculada el SÍ que Dios ha pronunciado sobre cada uno de nosotros y respondamos como Ella con un SÍ generoso a Dios.