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Homilía del domingo 9 de noviembre de 2014

¿Por qué es tan importante la Basílica de San Juan de Letrán, que la fiesta de su dedicación se celebra en el mundo entero e, incluso, prevalece sobre el Domingo?

El emperador Constantino, que se convirtió al cristianismo en el año 312 d.c. Gracias al influjo de su madre Santa Elena, mando construir el Palacio Basílica de Letrán, en el monte Laterano y se la regaló al Papa Melquíades, que el Papa San Silvestre convirtió en templo y consagró el 9 de noviembre del año 324 d.c. Es conocida como la Basílica de San Juan de Letrán, en honor de San Juan Bautista y San Juan Evangelista. Lleva el título de Madre y Cabeza de todas las Iglesias de la urbe y del orbe, es decir de la ciudad de Roma y de toda la tierra, por ser la sede episcopal del Papa, el sucesor de Pedro, que es el primado de todos los obispos. Es mucho más antigua e importante históricamente que la Iglesia de San Pedro en el Vaticano, que se construyó sobre la tumba de San Pedro

Pensemos que hasta ese momento la liturgia era muy itinerante, es decir, la Eucaristía ylos demás sacramentos se realizaban en las casas o en los ambientes que eran adaptados para estas celebraciones. Pero, con esta Basílica-Catedral se inicia un nuevo momento y el esfuerzo de concebir la organización del lugar sagrado y el culto del rito católico. Fue el momento de diseñar una iglesia-modelo de todas las iglesias que comenzarían a construirse en el mundo.

Aún más, se trataba del templo que todos los católicos del orbe iban a comenzar a mirar buscando al Sumo Pontífice, el símbolo de la unidad como cabeza del Pueblo de Dios. San Juan de Letrán fue, entonces, el corazón de la Iglesia Católica, el lugar donde miles de miles escucharían la voz del Papa. Y el Papa es el símbolo de unidad para toda la Iglesia Universal.

Las enseñanzas y la importancia del Sumo Pontífice

Quisiera, ahora, hablar acerca de las enseñanzas de un pontífice. El Papa enseña en sí mismo y no a través de los medios de comunicación, que siempre van a transmitir una frase o gesto minúsculo del Papa, de manera que su mensaje queda sesgado. Deberíamos leer la Evangelium Gaudium, que contiene lo que el mismo Papa llama: los caminos de la Iglesia para los próximos años.

Por ejemplo, analicemos completamente el discurso del Santo Padre Francisco, al final del Sínodo de los Obispos: La tentación del endurecimiento hostil, es decir, el querer cerrarse dentro de lo escrito (la letra) y no dejarse sorprender por Dios, por el Dios de las sorpresas (el espíritu); dentro de la ley, dentro de la certeza de lo que conocemos y no de lo que debemos aún aprender y alcanzar. Desde los tiempos de Jesús, es la tentación de los celantes, los escrupulosos, los diligentes y de los así llamados —hoy— «tradicionalistas», y también de los intelectualistas.

La tentación del buenismo destructivo, que en nombre de una misericordia engañadora venda las heridas sin antes curarlas y medicarlas; que trata los síntomas y no las causas y las raíces. Es la tentación de los «buenistas», de los temerosos y también de los así llamados «progresistas y liberales».

Entonces, existen aquellos que buscan la verdad sin caridad o quienes buscan la caridad sin verdad. San Agustín nos decía «No hay caridad sin verdad, ni verdad sin caridad». ¡El Papa no va a cambiar la doctrina cristiana que se funda en la revelación y que está contenida en el Catecismo de la Iglesia! No va a cambiar la doctrina del matrimonio como una alianza indisoluble entre hombre y mujer.

Lo que busca el Santo Padre es una Iglesia de puertas abiertas, una Iglesia que sea más misionera y menos burocrática, una Iglesia que muestre el rostro de una Madre Misericordiosa, que busque atraer a los hijos más alejados y busque sanar sus heridas. Busca una Iglesia que sea la casa de todos y donde todos se sientan corresponsables.

Es el Espíritu Santo el que guía a la Iglesia. Es el Espíritu Santo el que ha puesto al Papa Francisco como Sucesor de Pedro al frente de la Iglesia, como puso en su momento a San Juan Pablo II y a Benedicto. Más bien, Oremos por el Papa y escuchemos con atención y docilidad sus enseñanzas. Hay buenos medios que transmiten completamente su mensaje. Luego, preguntémonos hacia dónde está conduciendo el Espíritu Santo a la Iglesia, y cómo yo, que soy piedra viva de ese edificio espiritual puedo colaborar con la Iglesia.

Sínodo Arquidiocesano Limense

Finalmente, queridos hermanos, oremos por el Sínodo de Lima, que es una gran oportunidad para reflexionar en torno a los retos pastorales que está afrontando nuestra Iglesia en Lima, para proponer caminos hacia el futuro, para mejorar la evangelización e inculcar esa cultura del encuentro de la que tanto nos exige el Papa.

Oremos, pues, por nuestra fidelidad y adhesión al Santo Padre, también por nuestro Obispo local, y para que crezca nuestro amor a la Iglesia.