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HOMILÍA DEL DOMINGO GAUDETE. ESTAD SIEMPRE ALEGRES EN EL SEÑOR

Hoy la Iglesia nos invita a vivir la alegría. Hay varios elementos en la liturgia del tercer domingo de Adviento que nos hablan de la alegría: El cirio rosado de la Corona, el hermoso nacimiento presente en nuestra iglesia, la oración colecta que nos invita a celebrar la Navidad con júbilo desbordante.

No siempre es fácil estar alegre… A veces tenemos en la mente y en el corazón muchas preocupaciones, sinsabores, tristezas, problemas.

La crisis política que produce una profunda incertidumbre, los problemas en la Iglesia y en nuestras familias: conflictos, separaciones, falta de diálogo, enfermedad, problemas económicos, la muerte de un ser querido.

En el mundo hay mucha tristeza, mucho dolor, mucha soledad, muchos conflictos. Basta escuchar una hora de noticias o sentarse una hora en el confesionario para darse cuenta que esto es verdad.

Podemos preguntarnos ¿Qué significa vivir la alegría? ¿Por qué debemos estar alegres?

Hay muchas clases de alegría. Solo quiero mencionar tres…

a) La alegría humana: que es bella y es querida por el Señor. La alegría de compartir con los amigos y la familia, de hacer un paseo o descansar, la alegría de compartir y servir a los que más necesitan… Hay más alegría en dar que en recibir.

b) La alegría mundana o superficial: Que es una alegría falsa, aparente y fugaz con la que muchas veces tratamos de llenar un vacío interior.

Se expresa en la carcajada, en el lenguaje soez, en la bulla, en la borrachera, en la búsqueda de placer, en el consumismo. Una alegría sin esperanza, no es verdadera alegría.

c) La alegría cristiana: Que es la alegría que anunciaron los ángeles en las praderas de Belén a los pastores. Os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el mundo, hoy os ha nacido un Salvador.

Debemos estar alegres porque el Señor está cerca y viene a salvarnos, viene a vendar los corazones desgarrados, a sacar de la prisión a los encarcelados, a devolver la vista a los ciegos, a reconciliar a los que estaban distanciados. …

Papa Francisco: Evangelii Gaudium

Cuando uno se encuentra con Cristo se encuentra con la fuente misma de la alegría y puede estar alegre y en paz, incluso en medio de los más profundos sufrimientos

LA ALEGRÍA DEL EVANGELIO llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría.

Nosotros los peruanos debemos estar alegres, porque el Papa estará pronto entre nosotros, y viene a traernos un mensaje de unidad y de esperanza en este momento tan difícil.

a) La alegría es un don, un regalo de Dios, uno de los frutos del Espíritu Santo. Una persona que no reza, que no se encuentra con Jesús es muy difícil que tenga paz, esperanza y alegría en los momentos duros. Porque solo el Señor nos puede consolar y transformar nuestras tristezas en alegrías. Jesús nos consuela, para que nosotros podamos llevar ese consuelo a los demás.

b) La alegría también exige un esfuerzo, cuesta, exige donación y mucha generosidad. Yo estoy cansando, tengo mil preocupaciones, llego a la casa y tengo que estar alegre… porque mis hijos mi necesitan. Hay personas que son capaces de inmensos esfuerzos y sacrificios, pero que difícil es sacarles una sonrisa, una palabra amable, un gesto de optimismo. Por eso, la alegría es también una decisión.

Hagamos esta semana un esfuerzo por estar alegres…por sonreír un poco más, por no quejarnos tanto y por compartir la alegría con los demás. Que vuestra alegría sea conocida por todos… Apóstoles de la Alegría.

Que María, la Mujer que es llamada Dichosa y que irrumpe en un canto jubiloso diciendo: Mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador nos ayude a aguardar con gozo el nacimiento de Jesús y a proclamar la alegría, porque hemos descubierto que servir a Dios y a los demás es el mejor y más duradero de los gozos.

Juan Carlos Rivva
Párroco