Imagen de Nuestra Señora de la Reconciliación
La imagen de Nuestra Señora de la Reconciliación expresa sintéticamente un conjunto de mensajes:
- Lo primero que aparece ante quien contempla la imagen es el dulce y sereno rostro que expresa la grandeza de espíritu de la mujer de la fe, aquella en cuyo favor ha hecho maravillas el Poderoso (ver Lc 1,49).
- La mirada de indescriptible dulzura, invita al encuentro personal en una comunicación de tierna paz, serenidad y esperanza con la Madre.
- El manto abierto de la Madre, como invitándonos a cobijarnos bajo él, es una manifestación de la protección de Santa María ante el peligro, ante las insidias del Enemigo.
- Capta luego la atención el corazón atravesado por una espada. Una señal de dolor (en relación al intenso martirio que sufre la Virgen Santísima al pie de la cruz) en medio de la expresión serena de la inmaculada.
- A esta fase se añade la alegría de un corazón fulgurante en llamas de amor. Las llamas que brotan del corazón, símbolo de lo más hondo del ser de María, amor gozoso del inmaculado corazón.
- Pero hay más todavía en la imagen del corazón de María. El corazón aparece rodeado de una corona de rosas blancas que alude a la corona de espinas del reconciliador, que trae a la mente los momentos de dolor al pie de la cruz, los momentos del triunfo, de la victoria. Las rosas blancas muestran también la ternura y la pureza del amoroso corazón de María Virgen.
- Es muy importante notar que el cinturón elevado que tiene la imagen de Nuestra Señora de la Reconciliación muestra a la virgen en estado de buena esperanza. Santa María es portadora de nuestra salvación. La presencia de Jesús en el corazón inmaculado y doloroso de María, es magnificada por la presencia del Señor en su vientre virginal. Es la imagen de María que porta al Señor Jesús en su seno.
- La mano derecha que con enérgica finura apunta hacia su corazón muestra bien la capacidad modélica de la maternidad de María. Ella señala el camino para poder alcanzar la plenitud y es que sabe que si llega el humano peregrino a su corazón siguiendo el camino de Cristo, entonces lo hallará pleno y rebosante de amor a Jesús y se verá impulsado al encuentro del Sagrado Corazón del Señor, desde la experiencia tierna y profunda del amor de María. Y es que todo en la Madre siempre apunta a Jesús. Ese corazón ardiente está encendido de amor pleno por el hijo divino.
- La mano izquierda, que con manifestación de gran ternura se dirige hacia sus hijos en el mundo, a quienes la contemplan.
- La Virgen María aparece ante nosotros llevando al Triunfador sobre el mal en su inmaculado seno. La imagen muestra el delicado pie de la Madre pisando a la serpiente (símbolo del mal del Demonio) mientras que ésta, de fauces abiertas y lengua extendida, la amenaza.